COLORES
La venta estaba casi cerrada, el comercial del concesionario ya estaba preparando el contrato con la firma de la pareja de compradores. Sólo faltaba un detalle: El color del vehículo.
- El azul, por supuesto.
- No, no. A mi me gusta más el rojo.
- ¿Pero qué dices?, Ya lo habíamos hablado y era el azul.
- Yo dije que, tras verlo físicamente, me decidiría y ahora prefiero el rojo.
Ambos se miraron con mirada desafiante, se separaron uno del otro unos centímetros. La tensión se palpaba.
- ¡El rojo! – dijo muy seriamente.
- ¡El azul! – espetó desafiante.
Se separaron unos centímetros más. Ambos miraron al comercial como indicando que les diera la razón. El vendedor sintió que la venta se le escapaba, empezó a sentirse inseguro.
- Yo personalmente me decantaría por el rojo, es más deportivo y además el azul se ensucia enseguida y…
Vio la mirada de satisfacción en uno y la de incredulidad en el otro. Había metido la pata.
- Bueno, el azul es más elegante, además el rojo tiene un índice mayor de accidentes y…
Ahora las caras se habían intercambiado. Se estaba metiendo en un berenjenal. Entonces se le ocurrió.
- ¿Y por qué no hacéis un “leasing” un año con un color y al año siguiente cambiáis al otro color?, además hay otras ventajas ya que…
Las caras se relajaron. No les pareció mala idea. Ambos parecieron estar de acuerdo.
- Vale, pero empezaremos con el rojo.
- No, empezaremos por el azul.
El comercial les dijo:
- Os dejo un momento solos para que lo penséis, vuelvo enseguida.
El comercial se levantó, fue al baño y una vez dentro y encerrado, gritó tan fuerte como pudo.
© Chesús Mateo
30 de junio de 2021
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