TENEMOS UN PLAN

 

El plan era perfecto en todos los aspectos. Lo repasó de nuevo y no encontró un error visible. Estaban contempladas y neutralizadas todas las variables posibles, las imposibles, también.

Estaba satisfecho, había invertido mucho tiempo en su elaboración, pero había dado sus frutos. Se permitió un respiro.

Ahora sólo quedaba ponerlo en marcha, se dio cuenta de lo mucho que había disfrutado planificando y perfeccionando su plan. Recordó cómo había resuelto las incógnitas, las variables inconexas y de la satisfacciones obtenidas cada vez.

De pronto le surgió una duda: “Pero ¿y si…? No, no es posible, pero ¿si tal vez…?

Un ímpetu le surgió de repente. Guardó todo el dossier del plan junto con los anteriores y empezó de nuevo desde el principio.

 

© Chesús Mateo

05 de julio de 2021

 

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